María fue corriendo desde el hospital a su casa. Rápidamente subió por las escaleras y llegó al cuarto de su hermana. La descubrió escribiendo algo.
-Irene, ¿qué estás haciendo?-guardó los folios que había estado escribiendo en un cajón.
-No te importa, hermanita.
María frunció el ceño y se acercó a ella.
-Enséñame lo que estabas haciendo, es muy importante-intentó echarla a un lado, pero Irene se resistía.
-¡He dicho que no!
Después de estar forcejeando, María le pegó un empujón a Irene y ésta cayó al suelo. Aprovechó y abrió corriendo el cajón. Descubrió cinco folios escritos en tinta roja. En ellos ponían muchos nombres de personas a las que no conocía.
-Irene, ¿qué demonios es todo esto...?-Irene se levantó de un salto y le arrebató los folios a su hermana. María se sentó en la cama de Irene- Jaime tenía razón...-María miró a Irene asustada- tú fuiste quien mató a todas esas personas. ¡¡ERES UNA ASESINA!!
Irene retrocedió un paso y se puso en guardia, se sentía acorralada. Si María sabía lo que había hecho se lo diría a la policía aunque fuese su hermana. Se puso a pensar rápidamente, necesitaba librarse de ella.
-¿Cómo lo hiciste? ¿Como mataste a tus víctimas?
Antes de que a María le diese tiempo de formular cualquier otra pregunta, Irene realizó un movimiento fugaz como un rayo y alcanzó la pluma con la que había escrito todos los nombres de las personas a las que había matado.
-¿Con eso? ¿Con la pluma?-Irene sonrió enseñando los dientes y acto seguido le clavó la pluma en el corazón a su hermana. Una mancha de sangre se extendía por el cuerpo de María. Se llevó las manos al corazón, sorprendida por el ataque de su hermana y cayó al suelo, muerta.
Irene retrocedió dos pasos, asustada por su propio poder.
-Qué... ¿qué he hecho? He matado a mi propia hermana...
Irene le arrancó la pluma intentado hacer algo por ella. Pero solo consiguió mancharse de sangre.
Toc, toc.
La madre de Irene y María asomó por la puerta. Cuando vio a María en el suelo junto con un charco de sangre se quedó parada un momento. Irene miró a su madre con la cara pálida. Su madre agarró el teléfono y llamó a una ambulancia y después, a la policía.
Al rato de que llegase la policía, Irene confesó y se llevaron el cuerpo de María.
Cuando los padres de Irene estaban en la cocina hablando con Irene, su hermano, Javier, subió a su habitación. A pesar de haberse llevado todas las pruebas del delito, se dejaron una pista muy importante: la pluma. Javier la recogió del suelo. Involuntariamente recogió unos folios que habían boca abajo encima del escritorio. Se sentó en la silla y comenzó a escribir:
"Irene García Alarcón. Catorce años. Muere el día cinco de marzo en la prisión al caérsele una pared encima por culpa del mal estado del edificio.
Javier sonrió y guardó la pluma en el bolsillo de su sudadera. Podría acostumbrarse.
¿FIN...?
Seguiría con la historia, de no ser porque tengo más que escribir, porque si siguiese escribiendo no acababa nunca. En fin, creo que la siguiente historia es la de "LA MATAZORRAS", de todos modos da igual si el orden no es el que puse al principio, al fin y al cabo voy a ponerlas todas.
¡¡Chauu!!