Hooooola!!!! (Llevaba tiempo sin poner entradas...) Bueno, el título de 'Sueños reales' es de la historia de lo del certamen literario que no me dio tiempo para entregarlo, así que voy a compartirlo aquí con vosotros y lo haré más extenso.
(Hay una cosa que tengo ganas de decir y que subrayador fosforito ya esta harta de escucharlo: la seño de mates cuando hay un problema con kilos, si os fijáis dice 'killlllos', con una pronunciacion muy rara, pronunciando mogollón la 'l')
Bueno, ahí va la historia:
Estaba oscuro. Apenas se vislumbraba una figura humana. Me habían encerrado en un cuarto sin ni siquiera una simple ventana. Presentí que me estaban apuntando con un revólver. No sabía qué hacer. De repente, escuché un fuerte ‘bip’ varias veces. Era mi despertador. Todo era un sueño. Menos mal.
Me levanté de la cama y fui a mi armario. Como siempre, me cogí mis tejanos, un poco rotos, y mi camiseta color verde, un poco descolorida por tantos lavados.
Me dirigí a la cocina, bajando por las escaleras y apoyándome en la barandilla, escuché la voz de mi madre:
- ¡Tiffany! ¡Corre, baja rápido!
Al pasar por la puerta de la cocina, todo seguía sin luz, a lo mejor es que se había ido la luz de madrugada, pensé. Me encontré a mi madre con un cuchillo en la mano manchado de sangre y a mi hermana pequeña en el suelo medio desangrada. No era posible, mi madre la había acuchillado. Esto no estaba pasando.
Rápidamente, fui hasta mi madre para quitarle el cuchillo sangriento de la mano, pero noté una presión que me estrellaba contra la pared llena de azulejos sucios de la cocina. Intenté liberarme de aquella extraña fuerza pero no podía.
Mi madre se dirigía hacia mí seguramente a clavarme el cuchillo. Me movía de un lado a otro, pero, a escasos metros de que mi madre llegara, noté como si mi cabeza se moviera por dentro, pero ni se inmutaba por fuera.
Escuché palabras que apenas podía descifrar. Cada vez se oían más fuerte. Parecía que decían ‘despierta’.
El movimiento en mi cabeza cada vez era más y más fuerte, las palabras se oían más fuertes por segundos, y, a puede que un palmo de que mi madre me clavara el cuchillo, desperté.
Todo había sido un sueño.
- Al fin, pensaba que te habías quedado en coma.
Era mi hermano. Se llamaba Pedro y todas las chicas se morían por salir con él. Era castaño, con el pelo largo a lo ‘Justin Bieber’ y con los ojos verdes.
- ¿Qué ha pasado?- pregunté.
- Pues nada, que son las cinco de la mañana y por toda la casa se oían gritos tuyos.-respondió mi hermano.
- Uff… sí. Es que he soñado que me apuntaban con una pistola y que era un sueño, pero que después una mujer que supuestamente era mi madre había desangrado a Sofía y que venía a por mí a clavarme un cuchillo.
- Oh, my God -soltó de repente mi hermano- menudos sueños tienes. Bueno, pues nada, a dormir que mañana al fin es viernes.
- Vale, buenas noches.
- Buenas noches.
Me levanté al día siguiente, apenas recordaba lo que sucedió por la noche.
Fui al baño a lavarme los dientes. Cogí el cepillo, le puse dentífrico y me los lavé. Seguidamente cogí el cepillo de la cara y el gel facial y me lavé la cara. Después fui a mi habitación y cogí una camiseta de manga corta rosa con dibujos abstractos en negro, unos vaqueros cortos y unas sandalias negras.
Cuando me vestí, bajé a la cocina a tomar el desayuno. Mientras bajaba, el olor a tostadas recién hechas me daba mucha hambre. Entré a la cocina y estaba mi padre sentado leyendo el periódico, mi madre haciendo zumo de naranja, mi hermano Pedro sentado repasando para el examen que tenía de sociales y mi hermana pequeña Sofía jugando con sus muñecas en la mesa.
- Haizea, ¿qué quieres: tostadas o unas galletas? –me preguntó mi madre.
- Pues… tostadas mismo.
- Vale, ahí las tienes en la mesa. Ahora te doy el zumo.
- Y… ¿leche o zumo?
- Leche.
Mi madre terminó de hacer el zumo y puso una jarra llena de zumo de naranja y otra de leche y me sirvió un poco de leche en un tazón. Cogí dos tostadas y cogí cola-cao y lo mezclé con la leche.
- ¿Qué tal llevas el examen, Pedro? –pregunté.
- Pues… bien…-respondió.
- Eso no suena muy bien, jovencito. –dijo mi padre.
- Tampoco lo llevo tan mal, solo que el apartado 5 no consigo que me entre en la cabeza. –respondió Pedro.
- Pues no deberías de haber salido por ahí ayer con tus amigos. – dijo Sofía.
- Calla enana. –contestó Pedro.
- Bueno, vamos a dejar ya el tema.- dije yo, y finalizamos la conversación.
Terminamos de desayunar y cada uno fuimos a coger nuestra mochila. Nos dirigimos hasta la puerta del autobús y nos despedimos de nuestros padres.
Una vez en el colegio, acompañé a Sofía a su clase y luego me fui a mi pabellón con Lisa, una compañera del cole, y una de mis mejores amigas.
- Oye, ahora ¿qué toca? –preguntó Lisa.
- Lengua, creo.
- Ah, vale. –contestó- Bueno, ¿qué te cuentas?
- Pues nada interesante.
Al entrar al pabellón, nos cruzamos con la señorita de lengua, así que fuimos corriendo a clase para no llegar tarde.
Cuando terminaron las clases, me fui andando a casa con Sofía.
Una vez en casa, dejé la mochila en la entrada y me fui a mi habitación a cambiarme. Cogí mis pantalones negros de montar y una camiseta. Bajé las escaleras, me dirigí al lavadero, limpié un poco las botas y me las puse. Después, me fui paseando hasta los establos.
Cuando llegué, vi a mi otra mejor amiga, Haizea, y fui corriendo hasta ella.
- ¡Hola! –grité.
- ¡Hola! –respondió.
- ¿Qué vamos a hacer hoy? –pregunté.
- Pues no sé –dijo- ¿Qué te apetece hacer a ti?
- La verdad es que me apetece hacer un poco de campo a través.
- Bueno, pues vamos a coger a los caballos y a ponerles los arreos.
Nos dirigimos a los box y cogí a Harry, mi caballo castaño, y Haizea cogió a Dorothy, su yegua torda. Les pusimos una cabezada de cuadra a cada uno y los atamos a la anilla metálica de la pared. Inmediatamente, nos fuimos al guadarnés, cogimos la cabezada de trabajo, la silla, la cincha, el sudadero y los protectores. Se los pusimos, los desatamos de la pared y nos dirigimos al bosque.
Cuando estábamos allí, nos pusimos el casco, los guantes y el chaleco protector y nos subimos.
Empezamos a andar al paso y luego nos pusimos al trote. Estuvimos unos 5 minutos al trote para calentar un poco y justo después no pusimos a galope por el bosque.
Estuvimos un buen rato cabalgando por el bosque cuando nos paramos un poco a descansar. Desmontamos y dejamos que los caballos pastaran mientras nosotras hablábamos.
Al sentarnos, se produjo una pequeña corriente de aire que trajo hacia nosotras un montón de hojas secas y hojas de periódicos y revistas de publicidad.
Nos empezamos a reír y apartamos los periódicos, pero, mientras que estaba apartando unas hojas de periódico, me llamo la atención el titular: . Miré la fecha y era la fecha de hoy.
- Oye Haizea, mira esto.
- ¿Qué es?
- No sé, vamos a leerlo, parece interesante.
Dos chicas han muerto desangradas por su madre en el barrio de San Gregorio, en Lodrek. Los vecinos afirman que se oían gritos y que al entrar en la casa, se encontraron el cuerpo de la hermana pequeña en la cocina y el de la hermana adolescente en las escaleras, dejando así un río de sangre.
Cuando los vecinos entraron, no había ni rastro de la madre, y se está investigando qué sucedió con ella.
De momento, esta es la información que se tiene. Se realizarán investigaciones acerca de dónde se encuentra la madre, el padre y los demás familiares.
- Guau… es escalofriante. –dije- Igual que en mi sueño.
- ¿Qué dices? ¿Cómo es posible eso?
- No lo sé, pero mejor será que nos vayamos ya a casa.
Asimismo, nos montamos de nuevo y fuimos galopando hacia los establos.
Continuará....